Marta llegó furiosa a la casa y se encerró en su pieza. Fui a verla y no quiso que entrara a su pieza. La dejé.

Luego llegaron Nora, Sara y Josefa, quisieron entrar a la pieza de Marta, pero ella no quiso y las echó con gritos.

Un momento después pude entrar a hablar con Marta.

Yo: Marta, ¿Qué pasó?

Marta: Es que Sara me regaló uno de sus lápices y Nora me lo quitó.

Yo: Ahhh, ¿Esos lápices con brillitos que les gustaron tanto?

Marta: Sí.

Yo: Ajá, ¿Tu le pediste a Sara que te regalara uno?

Marta: Sí, y ¡me lo dio!

Yo: Mmmm, me parece que los lápices son de Nora.

Marta: ¡No! ¡Son de las dos! Sara me podía regalar uno.

Yo: Quizás Sara quería regalarte un lápiz, porque sabe que te gustan mucho, pero creo que Nora hubiera preferido que le preguntaran también. A lo mejor Sara no se había dado cuenta de eso.

Marta: Mmmm, sí. ¡Pero es que Nora no me lo iba a regalar!

Yo: Ahhh, ¿Entonces le preguntaste a Sara porque sabías que era muy probable que ella sí te lo regalara?

Marta: Sí.

Yo: ¡Sí que te gustan esos lápices! ¿Te gustaría que les compráramos de esos lápices para ti y Josefa?

Marta: Sí, ¡¡¡muchos!!! Hay que preguntarle a la abuela de Nora y Sara dónde los compró, porque ella se los regaló.

Yo: Ok, le preguntaremos a su abuela y en cuanto podamos los vamos a comprar. ¿Quieres seguir dibujando sola aquí en tu pieza?

Marta: Sí, quiero estar sola un rato, todavía estoy enojada con Nora.

Cerré su puerta. Las otras niñas se quedaron jugando en la pieza de Josefa. Un rato después vino Marta y les tiró un papel en el que estaban escritos los nombres de Nora y Josefa rayados con cruces encima.

Nora: ¿Qué significa esto?

Yo: Me parece que Marta quiere expresar que está enojada contigo y con Josefa.

Nora: Ahhh, ¿Por qué?

Yo: Porque quería traerse un lápiz de tu casa y me dijo que tu no estuviste de acuerdo. Le gustan mucho esos lápices con brillitos que les regaló su abuela.

Nora: Es que son míos, no los quiero regalar.

Yo: Si, entiendo.

Nora arrugó la hoja con los nombres rayados y la tiró a un basurero. De nuevo vino Marta a tirar otra hoja con sus nombres rayados con una cruz encima. Nora y Josefa la volvieron a arrugar y tirar al basurero.

Después de un rato Nora, Josefa y Sara se fueron a jugar al living. Llegó Marta y le entregó a Nora y a Sara unos papeles con sus nombres rodeados de corazones. Luego todas se empezaron a escribir cartitas con sus nombres rodeados de corazones.

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